lunes, 27 de septiembre de 2010

La balsa de piedra de José Saramago (según José Saramago). La grieta en el suelo como factor de cambio

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Por Fabiana Takahashi

«¿Se puede dividir la realidad humana,
como de hecho la realidad humana parece estar auténticamente dividida,
en culturas, historias, tradiciones, sociedades
 e incluso razas claramente diferentes entre sí
 y continuar viviendo asumiendo humanamente las consecuencias?
...estas divisiones son unas ideas generales
que se han utilizado a lo largo de la historia
y se utilizan en el presente para insistir
en la importancia de la distinción entre uno hombres y otros
 con fines que, en general, no han sido ni son especialmente admirables.»
(Edward Said. Orientalismo)

Tan significativo como leer la novela La balsa de piedra, es detenerse en el análisis de la conferencia donde Saramago se refiere a ella, pronunciada en el Palacio de Bellas Artes el 4 de diciembre de 1999 como actividad de la Cátedra Alfonso Reyes, perteneciente al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, en Méjico. En esa ocasión, el autor recorrió San Cristóbal de las Casas, zona de conflicto tras el levantamiento armado de Chiapas, producido en enero de 1994 cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, desestabilizó el sistema político mejicano durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, mediante la Declaración de la Selva Lacandona, con el propósito de obtener “trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz[1]”. “En México los indígenas constituyen entre el 11% y el 15 % de la población del país, diseminados en más de 60 Pueblos…históricamente excluidos del modelo de Nación, lo que los ha condenado a la miseria y a la discriminación”.[2] El 22 de diciembre de 1997 se había producido la llamada masacre de Acteal donde cuarenta y cinco indígenas ─hombres, mujeres y niños─ fueron asesinados por un grupo paramilitar amparado por el gobierno federal de Ernesto Zedillo –según los testigos- mientras que el entonces presidente hablaba de un ‘conflicto étnico’. Lo cierto es que los  involucrados en la matanza fueron condenados a prisión y finalmente liberados por la Suprema Corte de Justicia. En 2001, tras cuatro años de presidencia de Vicente Fox se realizó en Ciudad de Méjico una masiva manifestación de grupos originarios con el fin de reiniciar el diálogo para la aprobación de la ley que garantizaría sus derechos, y que aún no había proliferado.
La conferencia arriba mencionada, otra de las obras maestras del espíritu combativo y polémico al que José Saramago nos tenía acostumbrados, fue pronunciada por primera vez en 1998, a nueve meses del genocidio mejicano, en el marco del Primer Congreso Iberoamericano de Filosofía de Madrid, donde intervino con este discurso titulado <<Descubrámonos los unos a los otros>>, respondiendo a la consigna de esa convocatoria: “la comunidad filosófica iberoamericana ante el cambio de siglo”. El tema que propone, basándose en los acontecimientos latinoamericanos descriptos es, a grandes rasgos, “el arte de ser humano y no matar por costumbre[3]”.  En el desarrollo Saramago plantea La balsa de piedra (1986) como una suerte de propuesta superadora, en cuanto considera que los países europeos sembraron la intolerancia en tierras americanas durante la conquista, donde no sólo se ha aprendido sino también propagado; la balsa “transportó a los pueblos de la Península herederos de los antiguos descubridores, los llevó al reencuentro con las raíces que allí por entonces fueron plantadas (los árboles europeos convertidos en selvas americanas)”[4], pero esta vez en busca de un descubrimiento diferente.
...
En el discurso Saramago se refiere a la simpleza de la alegoría que es esta península devenida embarcación, que se desplaza produciendo distintas reacciones causadas por la incertidumbre que genera el inédito fenómeno geológico en su travesía errática. Si bien la novela puede leerse como “esa especie de exilio dentro de…la casa común europea”[6],  exilio en el sentido en que lo define el crítico Edward Said, como “la grieta imposible de cicatrizar entre el ser humano y su lugar natal, entre el yo y su verdadero hogar[7]”, cuya esencia es la imposibilidad del regreso desde todo punto de vista; irrumpe una vez más la idea de la grieta, la ruptura que determina esta vez el exilio de la península respecto del continente al que pertenece. O puede leerse como una serie de viajes contenidos en uno mayor, esto es, el viaje interior de un grupo de personajes embarcados en la Península Ibérica en su deriva por el Atlántico, tema ya extensamente analizado por Marisa Piehl[8]. O también en relación con las especulaciones políticas y económicas que necesariamente se suscitan cada vez que la península se posiciona rumbo a un país, en su vacilante navegación. Más allá de cualquier interpretación que de ella se haga, en el discurso Saramago trae al centro de la escena el tema que considera medular en la novela: la intolerancia, que “después  de tantas pruebas dadas, ya se nos presenta como una expresión trágicamente configuradora de la especie humana y de ella inseparable[9]”. Consecuencias las primeras; causa, esta última.


[2] Temas Relevantes de la Agenda de Derechos Humanos en México, 22 de julio de 2004 en http://www.enlacesolidario.org/observatorio/investigadores/documentos/Medidas%20para%20proteger%20a%20ni%C3%B1os%20y%20ni%C3%B1as%20en%20zonas%20de%20conflicto.%20Adriana%20Valdez.doc
[3] Descubrámonos los unos a los otros. Pág. 43.
[4] SARAMAGO, José. Descubrámonos los unos a los otros. Pág. 51.

[5] Revista Gente n° 2345. 28 de junio de 2010.
[6] SARAMAGO. Op. Cit.  Pág. 44.

[7] SAID, Edward. Reflexiones sobre el exilio. Pág. 179.
[8] PIEHL, Marisa en Seis personajes para descubrir al hombre. La ficcionalización del ideario humanista en La balsa de piedra de José Saramago. Indagaciones. Ensayo sobre la alteridad en la narrativa de José Saramago. EDUCC. Córdoba. 2006.
[9] SARAMAGO. Op. Cit.  Pág.49.

1 comentario:

  1. Precisamente, como todo lo hace e hizo Saramago, parte de una particularidad para volverse universal...

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